lunes, 9 de septiembre de 2013

Pinceladas Templarias (4), por Jesús Martínez

templarios


Los Votos de los Caballeros Templarios eran tres: Pobreza, Castidad y Obediencia

Pobreza. Todos los bienes del aspirante deberían ser entregados a la Orden de El Temple. Nada podía individualmente ser suyo, salvo la capa. El caballo y la espalda eran propiedad de la Orden de El Temple.

El templario o quienes trabajaban para la Orden no podían llevar joyas ni objetos preciosos en sus vestiduras, ni en sus armas, ni en los arreos del caballo. Si en alguna ocasión y por cualquier motivo le era entregado a un templario uno de los mencionados objetos, de inmediato lo entregaba a su maestre y este lo hacía llegar a su maestre superior hasta que llegaba al Gran Maestre, que lo depositaba en las arcas de la Orden. La Orden era rica y poderosa pero el templario era pobre.

Castidad. La Regla prohibía las mujeres entre los caballeros y solamente, y si no podía evitarse, se permitía casarse a los sirvientes, criados y empleados en las diversas tareas de talleres y gremios al servicio de la Orden. Aun así se procuraba que fueran solteros. Recordemos que, en sí, los templarios eran freires, frailes.

Como excepción se encontraban los caballeros nobles que ya estaban casados. Pero generalmente debían renunciar a sus deberes como maridos de acuerdo con sus esposas que, ordinariamente, se refugiaban en un monasterio cisterciense o benedictino, que eran las órdenes religiosas afines a El Temple.

caballero templario


Obediencia. Obediencia a la Orden y a sus jerarquías. En cuanto a la obediencia al Papa, era muy particular este concepto. Los templarios tenían en la Orden sus propios sacerdotes y obispos. La Regla prohibía oír Misa y recibir los Sacramentos de manos de un sacerdote o clérigo que no fuera templario, fuere cual fuere su categoría en la Iglesia, salvo en casos de extrema necesidad como peligro de muerte y que no hubiese allí un sacerdote templario.

Autor: Jesús Martínez


Pinceladas Templarias (1), por Jesús Martínez
Pinceladas Templarias (2), por Jesús Martínez
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Pinceladas Templarias (6), por Jesús Martínez
Pinceladas Templarias (7), por Jesús Martínez
Pinceladas Templarias (8), por Jesús Martínez

2 comentarios:

  1. Hola Héctor,
    apasionante las historias de los Templarios. Es curioso como en aquellos tiempos unos soldados -pues no dejan de ser guerreros- se rigieran con estos votos.
    Un saludo,
    Fco. Javier Tostado

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  2. Hola, Francisco:
    Tienes toda la razón. El mundo de los caballeros templarios es fascinante y está rodeado de un gran misterio. Las explicaciones de Jesús Martínez intentan acercarnos, de un modo pedagógico, quiénes eran y cómo vivían los templarios.
    Un saludo,
    Héctor Castro

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