viernes, 28 de septiembre de 2018

ENTREVISTAS DEL SIGLO XXI (2)

Estimados lectores:


Continuamos hoy con la Entrevista a Luis M. Cuesta Civís.


HEMEROTECA 2007 (Diario La Mañana).

ENTREVISTA A LUIS . CUESTA CIVÍS,
SECRETARIO GENERAL DE POLÍTICA DE DEFENSA (SEGENPOL)

El Secretario General de Política de Defensa, Luis M. Cuesta Civís, y el Vicepresidente de la Fundación Alternativas, Nicolás Sartorius. /
Foto: 'Ministerio de Defensa de España'.


Madrid
HÉCTOR CASTRO

Luis M. Cuesta Civís (La Pobla de Segur, 1969). Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y funcionario de la Carrera Diplomática desde 1993, Cuesta Civís ha sido, desde 2005 hasta 2007, asesor para Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa y, desde el 19 de enero de 2007, secretario general de Política de Defensa.


¿Cómo llega un diplomático de carrera a secretario general de Política de Defensa?

La verdad es que no es la primera vez que ocurre. La Defensa es, junto con la diplomacia y junto con la Política de Cooperación al Desarrollo, una de las tres herramientas de nuestra Acción Exterior, una de las tres herramientas para hacer Política Exterior. El perfil académico y el perfil profesional para este puesto encaja bien con la formación que tenemos los diplomáticos. Cuando se crea esta Secretaría General en 2001, el primer secretario general que la ocupa era un diplomático. Existe también una larga tradición de presencia de diplomáticos en el Ministerio de Defensa.


Como usted ha dicho, es el segundo civil que ocupa este puesto, ¿qué representa?

El hecho de ser civil y no ser militar no supone nada en sentido de que sea limitativo o restrictivo para el desempeño de mis funciones. Éste es un puesto de dirección política y no es un puesto operativo. No es un puesto que esté dentro de la cadena de mando militar, por lo tanto no se requiere una preparación castrense específica para el desarrollo de este cometido. Pone claramente de manifiesto que las Fuerzas Armadas están perfectamente al día en puntualidad constitucional y en el cumplimiento de ese deber que tienen de servir a España sometidos al poder político democráticamente elegido por los ciudadanos.


¿Le han puesto alguna zancadilla desde los ambientes castrenses?

No, todo lo contrario. Yo he encontrado siempre en la gente de uniforme colaboración en la época en la que era asesor para Asuntos Internacionales del ministro de Defensa y ahora en este puesto de secretario general de Política de Defensa.


¿Qué echa de menos de su paso por las Embajadas?

Yo echo de menos el trabajo de campo, el poder estar representando y sirviendo a España en un país extranjero, con todo lo que eso entraña de enriquecimiento personal por estar expuesto a diferentes culturas, a diferentes maneras de ver el mundo y también por estar más en contacto con la gente, con los ciudadanos españoles y con los ciudadanos del país en el que estás acreditado.


Con sólo 38 años y poco más de año y medio como asesor de Asuntos Internacionales del ministro de Defensa, primero con José Bono y después con José Antonio Alonso, llega al cargo de SEGENPOL. Tiene que ser una persona muy válida y competente…

Bueno, eso en todo caso no me corresponde a mí decirlo sino que habría que preguntárselo a quien ha depositado su confianza en mí. Lo que sí te digo es que yo asumo este puesto con gran ilusión, con dedicación, con empeño y que es un trabajo que me place y que me gusta mucho. Me gusta estar trabajando en lo que Calderón decía que es una “religión de hombres honestos”; Calderón definía la Milicia como “religión de hombres honestos”. Para mí es un buen gusto y un placer el poder trabajar en esto.


¿Es usted consciente de que es el número 3 de Defensa?

Yo soy consciente de la responsabilidad que supone el estar en un puesto de dirección y de gestión de nuestra Política de Defensa y eso es lo que me preocupa en este momento. Nunca he estado muy atento a los escalafones ni a la preferencia que uno ocupa dentro del Ministerio. Sí me preocupa la labor y el poder llevar a cabo este cometido y poder llevar a cabo mis funciones de la mejor manera posible y sirviendo bien a los ciudadanos, a los contribuyentes, que al final son quienes nos pagan.


Este cargo conlleva, además, el ostentar la representación nacional en materia de Defensa Civil en las organizaciones internacionales de Defensa Colectiva o alianzas a las que España pertenezca. ¿Cómo se lleva tanta responsabilidad?

Se lleva bien. A lo largo de mi carrera profesional he estado bastante en contacto con organismos internacionales. He trabajado en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, he trabajado también con el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, es decir, que conozco el mundo multilateral bastante bien y las herramientas internacionales, y creo que este conocimiento me viene bien a la hora de planear nuestra Política en las Organizaciones Internacionales que tienen que ver con los temas de Seguridad y Defensa.


Entramos ahora en cuestiones más políticas. Desgraciadamente, no hace mucho hemos asistido a un trágico acontecimiento con la muerte de la soldado Idota Roríguez en Afganistán. Sin ánimo de entra en polémicas, ¿por qué se le ha concedido la Medalla al Mérito Militar con distintivo amarillo en lugar de con distintivo rojo como solicitaba el PP? La soldado viajaba en una ambulancia blindada y murió al estallar una bomba al paso del vehículo en un país que vive un conflicto bélico. ¿No es eso una muerte en acto de servicio militar en una situación bélica o de guerra?

Yo creo que debemos de huir del intento de sacar rédito político al fallecimiento de una soldado y debemos evitar el intentar instrumentalizar políticamente la sangre derramada. La soldado Idota Rodríguez murió en una misión que es decente y que es noble, como dijo el ministro Alonso; en una misión que busca dar seguridad a las tareas de desarrollo y de reconstrucción en Afganistán. Yo creo que lo que nos corresponde en este momento es rendir homenaje a nuestra soldado; reconocer el alto precio que las mujeres y hombres que visten de uniforme pagan por servir a España y a los españoles y mostrar el máximo respeto y respaldo a la familia en estos momentos que son realmente difíciles. Respecto a la Medalla, ésta se concede a propuesta del jefe del Estado Mayor de la Defensa, que es quien, a la luz de los hechos ocurridos y tras la lectura del Real Decreto que regula la concesión de este tipo de condecoraciones, lo propone al ministro de Defensa y el ministro de Defensa lo autoriza. Es una propuesta que viene de la Academia Militar, que viene de los mandos de esta soldado, a la luz de las circunstancias concurrentes y del Real Decreto aplicable, hacen una propuesta al Gobierno. No es por tanto una decisión política y deberíamos hacer todo lo posible para evitar que se politice.


Y, ¿el Gobierno hubiera podido entonces, cuando llega esta petición, solicitar otro distintivo al mando militar?

Insisto, no quiero entrar en valoraciones que lo único que hacen es aplicar la instrumentalización. Es una propuesta que le llega al Gobierno desde los mandos militares y el Gobierno en estos casos suele mostrar el mayor respeto por unas propuestas que le llegan de la Academia Militar.


En el 2004 retiramos las tropas de Irak. ¿Retirarán también las de Afganistán?

En Afganistán tenemos un compromiso con la Alianza Atlántica en una misión que cuenta con un mandato expreso de Naciones Unidas y que, en este momento, está siendo liderado por la OTAN, con 26 países aliados y otros 11 países que no son de la Alianza Atlántica, 37 en total; y tenemos un firme compromiso para ayudar en dar seguridad a las tareas de desarrollo y de reconstrucción, tanto reconstrucción física como de reconstrucción del tejido institucional de ese país. Yo creo que no son situaciones comparables. En Afganistán lo que hemos tenido es una alianza del norte que con apoyo internacional derroca al régimen talibán que estaba allí establecido, por tanto, un grupo armado afgano que se impone sobre otro grupo armado afgano, una guerra civil, no una intervención extranjera y, mucho menos, una intervención extranjera basada en razones que luego se han mostrado poco fundadas.


Pero en Afganistán son los Estados Unidos los que consiguen derrocar al régimen talibán, con ayuda de Los Señores de la Guerra y otros grupos de la oposición afgana, pero como consecuencia de los ataques del 11-S cuando EEUU decide entrar en Afganistán.

Insisto, en Afganistán lo que hay es una victoria de la Alianza del Norte, apoyada desde fuera por Estados Unidos, sobre el régimen talibán en una guerra además que ya venía habiendo desde hacía tiempo. Existen algunos factores concurrentes en Afganistán que lo diferencian claramente de Irak. En Afganistán, por primera vez se activó el artículo cinco del Tratado de Washington, del Tratado de la Alianza Atlántica, que es el que establece un mecanismo de defensa colectiva por el cual todos los aliados acuden en apoyo de algún aliado que haya sufrido un ataque sobre su propio territorio. En segundo lugar existe un mandato expreso del Consejo de Seguridad en lugar de un endoso posterior de una situación que ya se había producido de facto, que es lo que ha ocurrido en Irak. En tercer lugar lo que existe es, en este momento, el liderazgo de todas las operaciones por parte de una organización internacional de carácter militar y están concurriendo, además -porque la misión en Afganistán es mucho más amplia que el sector seguridad-, la Unión Europea, instituciones financieras internacionales o la propia Naciones Unidas -que tiene una misión allí-, por lo que se dan unas circunstancias de legitimación desde el punto de vista del ordenamiento jurídico internacional y también unas circunstancias sobre el terreno, en cuanto al tipo de misión que se está desarrollando allí, que no admite parangón posible con Irak.


¿Qué opina del helicóptero Cougar que se estrelló en el país asiático en agosto de 2005 y en el que murieron 17 soldados españoles? Hay especulaciones sobre que fue un ataque de los talibanes y que el Gobierno obligó a los militares a no hablar de lo que ocurrió realmente.

Yo no opino. Lo que hay es un informe técnico elaborado por la comisión de expertos que se formó para investigar el accidente del helicóptero. Esta comisión ha emitido un informe técnico que es exhaustivo, independiente y que es meridianamente claro al respecto, es decir, no hubo ninguna intervención o acción externa alguna en ese triste episodio de nuestra presencia en Afganistán. Yo, como órgano político del Ministerio, no puedo emitir ninguna opinión política al respecto, en todo caso diré que se trató de una auténtica tragedia que este Ministerio tiene muy presente y por la que rinde homenaje a los diecisiete soldados que fallecieron en ese incidente.


Respecto a la OTAN, ¿cuál es su visión de futuro?

La OTAN está, en estos momentos, en pleno proceso de transformación para adaptarse a las nuevas amenazas y a los nuevos desafíos. La cumbre de Reaga, la que se celebró en noviembre del año pasado, fue la cumbre de la transformación. ¿Cómo se adapta la OTAN a esos nuevos desafíos? El origen de estos desafíos es que desaparece la guerra convencional y el tipo de amenaza a la que nos enfrentamos no es tanto una guerra o una amenaza por parte de Ejércitos formados o uniformados sino el terrorismo, proliferación de armas de destrucción masiva que puedan caer en manos de grupos terroristas o en manos de Estados fallidos incontrolados, el crimen organizado a escala transnacional e incluso catástrofes naturales que en un momento determinado pueden llegar a desestabilizar un país o frente a las cuales nuestra sociedades demandan una respuesta articulada. La OTAN se está equipando para todo ello. La OTAN es, en este momento, la herramienta militar, la organización de carácter militar más importante que existe, pero, al mismo tiempo, ese poderío militar lo tiene que utilizar también para convertirse en un instrumento del diálogo político. El elemento disuasorio que le da la herramienta militar debe de servir para poder establecer un diálogo político más estrecho con distintas áreas del mundo. ¿Qué visión tiene España de la OTAN del futuro? Pues una OTAN que, desde el punto de vista militar, sea capaz de proyectar seguridad a los países miembros y en las zonas de nuestro entorno, pero también llevar a cabo misiones expedicionarias lejos de nuestras fronteras, en un tiempo rápido y por mediación desplegada por lo menos durante un año, pero que también lo pueda hacer buscando la legitimidad que dan las Naciones Unidas y que le da el contar con mandato expreso del Consejo de Seguridad, y en mayor coordinación con la Unión Europea, porque la OTAN tiene capacidades militares pero ha renunciado a tener capacidades civiles. En cambio, la Unión Europea está mucho mejor equipada para estas misiones de gestión de crisis que son más globales y que combinan elementos militares con elementos civiles como pueden ser el elemento policial, judicial, reforma de la administración pública, etc., es decir, una OTAN capaz de proyectarse lejos de nuestras fronteras, porque hoy en día las amenazas a nuestra seguridad pueden provenir de escenarios alejados; una OTAN que profundice en el diálogo político con todos sus socios, con sus partners, con los países con los que tenemos contactos intensificados; que busque la legitimidad de sus acciones en la ONU y que actúe en coordinación más estrecha con la Unión Europea.


¿De qué nos sirve a España, en la práctica sobre todo, cuando ni Canarias, ni Ceuta ni Melilla entran dentro del territorio de la Alianza? Es decir, la OTAN cubre lo que sería el territorio peninsular y las Baleares, donde en principio no hay ningún tipo de problema, y menos haciendo frontera con la Unión Europea y, en cambio, territorios como Ceuta, Melilla y Canarias, que hacen frontera con Marruecos, y el reino alauí siempre reivindica ese territorio como propio, si la OTAN allí no puede actuar, de qué le sirve a España el elemento de defensa común cuando un territorio de la Alianza es atacado. 

Nosotros buscamos tener un vínculo trasatlántico robusto y equilibrado. Creemos que ello es fundamental para la seguridad y la estabilidad de Europa y por eso estamos en la Alianza Atlántica, por tanto no estamos sólo por la seguridad inmediata que proyecta sobre nuestro propio territorio, sobre espacios bajo nuestra soberanía, sino por el hecho de que la Alianza en sí nos da seguridad frente a todas estas nuevas amenazas de las que hablaba antes. Además, independientemente de si esos territorios están dentro de zona OTAN o no zona OTAN, el mero hecho de que España forme parte de la Alianza Atlántica y de que eso le permita tener un vínculo privilegiado con los Estados Unidos y con los otros 24 aliados es un factor disuasorio importante para cualquier país o sujeto de la comunidad internacional que se plantease una amenaza contra esos territorios. Por otra parte, la defensa de las plazas en el norte de África y de Canarias está suficientemente garantizada a través de los medios nacionales y, también, a través de la relación que tenemos con los socios miembros de la Unión Europea.


En un futuro, ¿se podría conseguir que esos territorios entraran dentro de lo que es territorio OTAN?

No nos lo estamos planteando en este momento, no es una prioridad para nosotros. Consideramos que están suficientemente bien defendidos y su seguridad garantizada. Sí que estamos, en cambio, intentando una mayor colaboración de los países de la Unión Europea, por ejemplo, en la lucha contra fenómenos como el de la inmigración clandestina que llega a Canarias desde la fachada occidental de África o al sur de España a través del Estrecho de Gibraltar. Eso nos preocupa mucho más en este momento.


¿Cuáles serían sus propuestas para la Alianza Atlántica?

La herramienta de la Alianza más importante para su transformación es la fuerza de respuesta de la OTAN. Es una fuerza cuya plena capacidad operativa se declaró en la cumbre de Reaga en noviembre del año pasado. Es la que se activó cuando ocurrió el terremoto de Pakistán en diciembre de 2005 y España aportó el grueso de la fuerza para intervenir en la misión de ayuda humanitaria. Nosotros, una de las cosas que queremos, es una fuerza de respuesta de la OTAN que sea capaz de generar las fuerzas suficientes, es decir, que cuente con los efectivos suficientes, porque uno de los problemas es la falta de contribución con tropas de muchos aliados. En este momento estamos en la 8ª MRF, una fuerza que va rotando cada seis meses. De enero a agosto estamos en la MRF 8 y estamos solamente al 70% de efectivos de los que deberían estar en servicio, y eso tiene que cambiar, tiene que haber más naciones que contribuyan. España contribuye muy generosamente. Cuando se cumpla la MRF 10, dentro de un año, habremos contribuido con hasta 22.000 efectivos a las distintas rotaciones de la Fuerza. Éste es el instrumento principal de transformación porque es una fuerza expedicionaria donde tenemos una fuerza de entrada que, ante cualquier crisis o ante cualquier necesidad de gestión de crisis, se podrá desplegar rápidamente y tiene una capacidad de autonomía para permanecer en el terreno durante un año mientras la comunidad internacional decide qué otras medidas tomar para gestionar esa crisis. Para ese MRF pedimos que se mejoren los mecanismos de financiación común. En el caso de Pakistán, por ejemplo, España no sólo ha aportado el grueso de la fuerza sino que corrió con los gastos del despliegue y el transporte, que es lo más caro en cualquier operación y, claro, si cada país que aporta el grueso de la fuerza además tiene que correr con estos gastos pues eso desincentiva a otros países, sobre todo a los países medios y pequeños que podrían aportar tropas, a participar, porque lo que no tienen es la capacidad económica para correr con los demás gastos. Tiene que haber unos mecanismos de financiación común previstos y unos mecanismos para la agilización de fuerzas.

En segundo lugar, una OTAN que actúe con mayor coordinación con la UE. Existen los denominados acuerdos Berlín plus por los que la OTAN pone a disposición de la Unión Europea capacidades de planeamiento y medios para operaciones, pero creemos que ay que intensificar más esa coordinación y conseguir un mayor diálogo estratégico entre las dos organizaciones.

Y, en tercer lugar, profundizar más dentro de la OTAN el Diálogo Mediterráneo. El Diálogo Mediterráneo es un foro que reúne a los 26 aliados junto a siete países del norte de África y de Oriente Próximo. Es un foro que España ha impulsado desde 1994 que se venía reuniendo en formato de ministros de Asuntos Exteriores y que, el año pasado por primera vez, se reunió en formato de ministros de Defensa. Este año en Sevilla en la reunión informal de ministros de Defensa de la OTAN hemos tenido la segunda reunión de ministros de Defensa del Diálogo Mediterráneo, y yo creo que ha sido un gran logro de España; no era fácil, porque se ha hecho en un contexto realmente difícil en Oriente Medio, y había resistencias, y esa reunión ha permitido consolidar este foro. Nosotros querríamos que se le dotase de más presupuesto; que haya más invitaciones a los países de la ribera sur del Mediterráneo a participar en ejercicios y a participar en actividades académicas con nosotros; que los países del Diálogo Mediterráneo vayan presentando sus programas individuales de cooperación y que se eleve este foro a un verdadero partenariado. La OTAN tiene, con una serie de países, sobre todo del centro de Europa, lo que se llama la Asociación para la Paz (Partnership for Peace), que es un partenariado. Queremos que el Diálogo Mediterráneo se eleve a esa categoría.


Dejando el tema de la OTAN y refiriéndonos ahora a temas más de ámbito nacional, ¿en qué se basan en la actualidad los pilares de la Política de Defensa Nacional?

Los pilares vienen definidos en dos documentos muy importantes: la Directiva de Defensa Nacional, que es de diciembre de 2004 y la Ley Orgánica de Defensa Nacional de noviembre de 2005. Los pilares que definen ambos documentos serían: actuación a través del multilateralismo, legitimidad de nuestras intervenciones en el exterior conforme a la Carta de Naciones Unidas y la participación del Parlamento en el proceso de toma de decisiones o aprobación parlamentaria para poder enviar misiones al exterior. En cuanto a los ámbitos geográficos, el primero es Europa, la Directiva de Defensa Nacional dice que somos Europa y nuestra seguridad está indisolublemente unida a la seguridad del continente; en segundo lugar, el vínculo transatlántico, la relación con Estados Unidos, bilateral y también en el seno de la OTAN, una relación que tiene que ser robusta y equilibrada; y, luego, atención prioritaria a dos áreas geográficas, el Mediterráneo, como un área directamente vinculada a nuestra seguridad, e Iberoamérica, por todos los lazos históricos, culturales y de memoria compartida.


¿Qué ha cambiado en la política de Defensa desde que usted es secretario general de Defensa?

En cinco semanas, en un cargo como éste, no es mucho tiempo para poder dejar una impronta personal y, por otra parte, la dirección de la Política de Defensa le corresponde al Presidente del Gobierno; la ejecución de la misma le corresponde al ministro (de Defensa) y lo que la Secretaría General de Política de Defensa hace es ayudar al ministro (de Defensa) en la elaboración de las directrices y en la gestión diaria. En ese sentido existe poco margen para la improvisación, y es bueno que sea así. Los grandes buques no viran en redondo en un minuto; ese viraje lleva tiempo y requiere la construcción de consensos. Sí que seguramente habrá un cambio de estilo porque yo tengo una personalidad muy distinta a la de mi antecesor, que era un excelente profesional y una persona que ha estado sirviendo a la defensa de España y a los españoles durante más de 50 años, los 20 últimos en cargos de máxima relevancia aquí, y que tiene las Fuerzas Armadas en la cabeza. En ese sentido, yo, que tengo una formación distinta y soy diplomático, pues seguramente le aporto una perspectiva y un estilo algo distinto a este cargo. Insisto, no han cambiado grandes cosas. Sí hay algunos ámbitos en los que yo quiero hacer particular incidencia, como es el de nuestras relaciones con Iberoamérica, el poder poner en marcha, además de los planes que ya tenemos bilaterales con los países iberoamericanos, algún mecanismo de carácter multilateral en el ámbito de la formación y en el ámbito de los estudios sobre el tema de seguridad y defensa. También querría impulsar más nuestra relación con los países del Mediterráneo. Finalmente, querría impulsar todo lo que es la cultura de Defensa, es decir, la divulgación y difusión de una conciencia nacional de Defensa por un lado y, luego, lo que es la acción cultural de Defensa, es decir, la gestión de todo el patrimonio histórico-artístico (los museos, los archivos, las publicaciones, etc). Son tres ámbitos que me gustaría impulsar particularmente durante mi mandato aquí.


Para ir concluyendo, vamos ahora a tratar temas más sociales y cotidianos. ¿Qué tal sienta en Madrid que un catalán esté al frente de la SEGENPOL?

Yo creo que muy bien, y eso es algo que noto en mis colaboradores y en mis compañeros, aquí en el Ministerio. Los catalanes tenemos fama de ser trabajadores y de ser buenos gestores y yo espero que ésas sean las cualidades que, quienes han trabajado conmigo, aprecien realmente el día que deje este cargo. Más allá de lo cual  no he notado que nadie me atribuya unas determinadas características por ser de una región, o ser de una autonomía o ser de otra, o que me adscriba geográficamente en determinado ámbito.


Y en Catalunya, ¿qué tal llevan que un leridano llegue a esta responsabilidad?

Eso habría que preguntárselo a los catalanes, pero espero que lo hayan recibido con el mismo orgullo con que lo he recibido yo.


¿Qué tiene La Pobla para que salgan tantos personajes destacados? Pedro Cortina, Josep Borrell, Carles Puyol, Luis Cuesta, …

Te agradezco que me compares con ellos, sobre todo con Carles Puyol. Yo creo que la Secretaría General de Política de Defensa tiene mucho menos relieve que las personas que acabas de mencionar. Yo soy nacido en La Pobla pero he vivido muy poco tiempo allí, por lo que no me puedo hacer pasar por un chico de La Pobla porque en realidad soy más de ciudad que del ámbito rural. He vivido mucho tiempo en Tàrrega, he vivido mucho tiempo en Lleida, he vivido mucho tiempo en Zaragoza. La Pobla es, de todas formas, cruce de caminos y está en el Prepirineo, al pie de los Pirineos. Es una zona, por lo tanto, de intercambio, de flujo, de mercancías, de comerciantes, de turistas, lo cual siempre ha facilitado la comunicación con otras zonas y, por otra parte, la montaña, sobre todo unos años, era un ámbito muy duro y muy pobre y eso empujaba a mucha gente afuera al no poderse ganar la vida en ese medio. Probablemente, esas condiciones duras han dado personas con espíritu de sacrificio y con espíritu de superación, y personas que, al tener contacto con lo que ocurría más allá de las montañas y que, tampoco podían ganarse la vida en ese medio, pues han salido fuera a probar fortuna.


Dicen de usted que es un trabajador concienzudo e infatigable…

Me gusta lo que hago y entonces no me importa dedicarle el tiempo que haga falta. Espero de todas formas que, si esas cualidades son ciertas, en realidad se traduzcan en resultados concretos y positivos y lo importante no es sólo cómo es uno sino también los frutos que produce y el trabajo que realiza. Los marinos, cuando llegan al mando de un buque, se desean suerte, pero no se dan la enhorabuena; la enhorabuena se la dan al final, cuando dejan de ser ese mando. Yo espero poder aplicar esas cualidades, hacer una buena gestión y, ojalá que, después de mi paso por aquí, me puedan dar también la enhorabuena.


¿Qué se trajo de su paso por Italia?

De mi paso por Italia me traje un montón de amigos y el gusto por la vida. Los italianos son una gran civilización, son un pueblo de comerciantes, de navegantes, fueron imperio, dieron grandes juristas en el mundo, y, entonces, son un pueblo que le saca mucho partido al día a día, le saca mucho partido a la vida, al momento. El gusto por el diseño; por el vestir bien; el mantener las recetas tradicionales; el mantener el pequeño comercio, han sabido combinar, quizá mejor que nosotros, la modernidad con el estilo de vida de los hábitos tradicionales; el gusto por la vida y esa civilización de la que te impregnas, sobre todo en Roma, simplemente andando por ella y sin necesidad de hacer nada más. 


Y, ¿de Colombia?

Pues algo muy parecido. Colombia es un país muy intenso, donde hay una gente maravillosa, unos paisajes increíbles y donde ocurren también cosas terribles. Fue Gabriel García Márquez quien dijo que “sólo un país con tanta vida puede soportar tanta muerte”. Y entonces también he aprendido de ellos el gusto por la vida y el vivir el momento.


¿Le ha dado algunos consejos su antecesor, el almirante general Francisco José Torrente Sánchez?

Yo llevo mucho tiempo trabajando aquí y a lo largo de estos dos años en que yo he estado de asesor de Asuntos Internacionales he forjado una relación de amistad con él. Hemos pasado muchas horas en el Falcon, en el Airbus, viajando, asistiendo a reuniones, preparando conferencias, etc. Es una relación que va más allá de lo profesional, es una relación de amistad y, todavía ahora, solemos hablarnos con bastante frecuencia. Consejos, ¡guárdenos Dios de dar consejos!, pero quizás uno que sí recuerdo en particular es uno que me dio cuando llegué aquí; piensa que en este despacho yo había despachado muchas veces con él, sentado al otro lado de la mesa, y te sientes un poco abrumado al principio; piensa que aquí, en esta silla, en esta butaca, se sentaron antes de mí dos digenpoles a los que asesinó ETA; o el tener aquí el cuadro del general Castaño, héroe de la victoria de Bailén, que vigila todos mis pasos y todos mis trabajos, todo lo que hago; entonces le dije al almirante: “me siento un poco abrumado” y, entonces, el principal consejo que él me dio fue: “no te preocupes, sé tú mismo. Sé tú mismo. Tienes experiencia, tienes el conocimiento, sabes de relaciones internacionales, todo eso se da por adquirido, no te preocupes. Lo que va a marcar la diferencia es que seas tú mismo”. Y yo creo que es el mejor consejo que me dio y es lo que intento hacer cada día.


¿Qué diría que puede aportar el Ejército a los jóvenes?

Les aporta, en primer lugar, el aprender una profesión que luego les puede servir también en otros ámbitos del mercado laboral o de la vida profesional, pero, sobre todo, les aporta el poder trabajar para algo tan importante y tan querido por los ciudadanos como es nuestra propia seguridad. La Defensa forma parte de un concepto más amplio de Seguridad, donde estarían también  los derechos humanos, la democracia, el progreso económico, el desarrollo, … pero también está la Defensa y es el poder estar en la vanguardia de aportarles a nuestros ciudadanos esa Seguridad y, el hacerlo, hoy día, con unos medios y con unas capacidades modernos y, en contacto, además, con otras disciplinas y con otros países.


España quizá no tenga una tradición militar como otros países, si bien, hace unos años, una de las razones que alegaban los jóvenes para no entrar en el Ejército, era el sueldo. Ahora, el sueldo base de un soldado, ¿en cuánto se sitúa?

En cifras, yo no te lo sé decir en este momento. Te puedo decir que el año pasado el Gobierno hizo un esfuerzo importante por incrementar los salarios de los militares y, sobre todo, de las escalas más bajas y, que eso y la excelente consideración que de los militares tienen en la sociedad, porque en las encuestas de opinión, el Ejército es una de las instituciones mejor valoradas, eso es lo que nos ha llevado a colmar un déficit que teníamos en reclutamiento. En este momento, creo que nos falta solamente 7.000 soldados para completar el total de efectivos que las Fuerzas Armadas se han marcado como objetivo. Debíamos tener unos 130.000 y estamos en algo más de 123.000: 80.000 en Tierra; algo más de 20.000 en la Armada y 20.000 en el Ejército del Aire, o sea, que ha habido un incremento importante.


Podemos entonces decir que se ha superado esa etapa en la que el Ejército se podía ver como algo rancio, sobre todo como consecuencia del complejo que se arrastraba tras haber sufrido una dictadura. Hoy en día, 30 años después del final del franquismo y por lo que se ve en las encuestas donde el Ejército vuelve a ser valorado positivamente, ¿está superado ya todo esto?

Yo creo que, afortunadamente, sí. Las encuestas y las cifras de reclutamiento nos apuntan en esa dirección.


Entiendo. Bien, pues muchas y mucha suerte en este nuevo cargo.

Muchas gracias a ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario